La compra de nuestra vivienda es una de las decisiones más importantes que podemos tomar. El hogar es nuestra pequeña burbuja en el mundo, el remanso de paz en el que poder descansar al final del día, el espacio en el que formar una familia… Un lugar en el que pasaremos mucho tiempo de nuestras vidas, y por esa razón debemos asegurarnos de realizar la elección más acertada.
Pero la casa de nuestros sueños, esa que está en la ubicación que más nos gusta, nueva y para entrar a vivir, seguramente esté fuera de nuestro presupuesto. Por eso, cada vez son más los que apuestan por comprar una vivienda de segunda mano y acometer una reforma.
Comprar una vivienda vieja para reformar es una buena idea
Consigues una mejor ubicación: si quieres vivir en el centro, no te queda otra. La obra nueva en el centro de las grandes ciudades suele ser escasa e intocable en cuanto al precio.
Compras más barato: los pisos suelen tener menos demanda, por los que su precio es más bajo. No todo el mundo está dispuesto a embarcarse en una reforma, puesto que hay que invertir una gran cantidad de dinero y tiempo, así que muchas personas los descartan de entrada.
Tienes más margen de negociación: un piso viejo tiene muchísimos defectos que puedes usar como excusa para conseguir rebajas importantes.
Lo reformas a tu gusto: un piso reformado a gusto de otro difícilmente te acabará de encajar. La realidad es que, aunque la reforma esté muy bien hecha, acabarás encontrándole pegas que querrás modificar. En un piso viejo, en cambio, tienes libertad total para rediseñarlo desde cero y transformarlo exactamente en lo que estabas buscando.
Es una inversión: el valor de la vivienda después de la reforma suele ser superior al valor inicial más el de la reforma. Aunque no tengas pensado venderla a corto plazo, siempre es un punto a tener en cuenta.
Antes de comprar, no te precipites y analiza bien el inmueble
La búsqueda de un nuevo hogar es un proceso muy ilusionante, pero es importante que prestes atención a determinados aspectos de la vivienda que debes tener muy en cuenta a la hora de comprar:
– No te fijes en la apariencia: todos los muebles y acabados se pueden reemplazar fácilmente. Intenta ver más allá y fíjate en las posibilidades del espacio en su totalidad.
– Ve hacia la luz: la luz natural es la cualidad principal de un hogar confortable y afecta directamente a nuestro estado de ánimo. Es preferible un piso más luminoso a un piso más grande. La falta de metros cuadrados se soluciona con un buen estudio de la distribución.
– Ventanas: nunca son demasiadas. Ten en cuenta el número de ventanas y su disposición, sobretodo, si vas a añadir alguna habitación.
– Techos altos: elige un piso con los techos altos, sobretodo, si le faltan metros cuadrados. Ganarás en confort y sensación de amplitud y podrás aprovechar los metros cuadrados a lo alto.
– Orientación: sin duda, es uno de los factores más importantes a tener en cuenta. Dependiendo de la orientación que tenga la vivienda, ésta será más o menos luminosa y necesitarás más o menos calefacción y aire acondicionado para aclimatarla, lo que afectará directamente a tu bolsillo.
El sur es la orientación ganadora, ya que el sol incide durante todo el día, horizontalmente en invierno y verticalmente en verano. En invierno calienta las estancias de forma natural y en verano, con una pequeña visera sobre la ventana frenamos fácilmente el sol directo, evitando el exceso de calor.
El este también es una buena orientación, ya que recibe radiación por la mañana. En invierno acumula el calor matutino y lo mantiene durante el resto del día, mientras que en verano el sol incide en las horas de la mañana cuando el ambiente es más fresco.
La orientación norte es fría y poco luminosa, por lo que las estancias orientadas al norte resultan un tanto tristes. Sin embargo, la luz del norte es difusa y uniforme, ideal para una biblioteca o despacho. En cuanto a eficiencia térmica, esta orientación es propicia en lugares muy calurosos.
El oeste es la peor orientación en zonas calurosas, ya que recibe el sol de tarde, que recalienta en exceso la casa en verano, con lo que vas a tener que echar mano de toldos y persianas, si no quieres arruinarte en aire acondicionado. En cambio, en invierno, el sol de tarde atemperará la casa y ahorrarás en calefacción.
¿Ya te has decidido a dar el paso?
Comprar para reformar debe ser una decisión meditada, es necesario estudiarla bien y tomar ciertas precauciones para evitar sustos desagradables. Saca la calculadora para no desviarte de tu presupuesto, no pierdas la calma ante posibles imprevistos, haz una lista de tus prioridades y ponte en manos de profesionales.
Seguro que no te apetece nada estar pendiente de albañiles, electricistas, pintores, ni tener que lidiar con ellos si surge algún imprevisto. Olvídate de complicaciones y contrata a un profesional que se encargue de todo: desde el diseño de la nueva distribución, estudiando todos los detalles técnicos importantes (instalaciones, paredes de carga, licencias…), hasta la supervisión de la colocación del último enchufe, asesorándote durante todo el proceso de reforma, para que puedas sacar el máximo partido a tu nuevo hogar, sin sorpresas y sin desvíos en el presupuesto.