La cocina es una de las estancias más importantes del hogar. En ella, la familia cocina, se alimenta, conversa, hace planes… Es un lugar en el que, juntos o por separado, solemos pasar tiempo, y es necesario un buen diseño de nuestra cocina para aprovechar bien el espacio y distribuir los elementos de forma eficiente. En Atenea Interiors te contamos tres claves para evitar errores y diseñar tu cocina perfecta, independientemente de su tamaño.
Distribución según la forma del espacio
Sea tu cocina grande o pequeña, lo que nos va a marcar la distribución es su forma. En cocinas amplias, lo mejor es optar por una península o una isla para ganar en superficie de trabajo y estilo, mientras que en una cocina cuadrada, la forma de «U» es la que permite aprovechar el espacio de manera eficiente.
En una cocina alargada con ancho suficiente, lo ideal es colocar dos frentes en paralelo en las paredes largas. Si es alargada pero estrecha, es posible que te decidas a ubicar de forma instintiva los muebles en forma de «L». ¡No lo hagas! A pesar de lo mucho que han evolucionado los muebles esquineros y de los accesorios extraíbles que ofrecen, en la práctica son más caros, incómodos de usar y ocupan más espacio que un mueble sencillo de frente.
Funciones interconectadas: comodidad y optimización de espacios
Las zonas de la basura, el fregadero y el lavavajillas deben de estar estratégicamente situadas, de forma que puedas atravesarlas realizando el mínimo recorrido y sin obstáculos. El armario para guardar los platos y vasos también debe estar en esta «zona húmeda», para almacenarlos con facilidad tras el lavado.
Por cuestiones de comodidad, el aceite, la sal y demás condimentos deben estar junto a la zona de cocción, así como los utensilios que uses para cocinar. Unificar el frigorífico, el microondas y el horno en una zona de columnas es una muy buena opción, siempre que te asegures de tener cerca un espacio de encimera para poder dejar con comodidad lo que vas extrayendo de los electrodomésticos.
Despensa, mesa y zona de limpieza
Si tienes un espacio para cada una de estas funciones, eres una persona privilegiada: lo ideal es disponer de una zona específica, fuera de la cocina para la lavadora, el escobero y los productos de limpieza, así como un cuartito seco y sin luz para almacenar gran cantidad de alimentos a modo de despensa (muy buena idea si pasas épocas en las que no tienes mucho tiempo para hacer compras).
Por el contrario, si no dispones de una zona específica separada para la despensa y la zona de limpieza, es cuestión de integrarlas en la cocina aprovechando al máximo la distribución. La mejor opción en ese caso es situar la lavadora y el escobero lo mas lejos posible de la zona de cocción. Para almacenar alimentos, te recomendamos utilizar cajones, accesorios extraíbles y/o armarios altos con poco fondo para tenerlo todo a la vista y evitar que te caduquen los alimentos por no recordar que los tienes.
Disponer de una mesa para comer con comodidad dentro del espacio de cocina es el sueño de muchos propietarios e inquilinos. Si este es tu caso, ya sabes lo cómodo que resulta poner la mesa y recogerla tras la comida, cuando todo está a mano. Especialmente útil si tienes niños, dado que agradecerás que cualquier salpicadura de tomate quede muy lejos de tus cuadros y tapizados del salón. 😉 Siempre que sea posible, ubica la mesa en la zona más próxima a la luz natural.
Si el tamaño de tu cocina te limita y no cabe una mesa, es posible que puedas permitirte una barra snack con un par de taburetes. ¡A nosotros nos encantan! Es obvio que no dan como para agasajar a la familia con un ágape de puchero, pero son muy útiles para desayunos y cenas rápidas. Apuesto a que ya imaginas a tus amigos en la barra, tomando una copa de vino y conversando mientras tú cocinas, ¿verdad?